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Mostrando entradas de julio, 2016

Mary Slessor de Calabar | La gran madre

Me encontraba en mi acogedor estudio, sorbiendo una taza de té, mientras leía acerca de Mary Slessor (1848-1915) me sentía profundamente consciente de lo diferentes que eran nuestras vidas en cuanto a comodidades y cultura. Aun así, mi corazón late junto al suyo. Amamos y servimos al mismo Señor. Ciertamente yo tenía mucho que aprender de ella.  Espero que la devoción de Mary por Cristo nos ayude a “considerar cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras”  (Heb. 10:24) Un puesto de honor Nacida en 1848 en una familia pobre en Aberdeen, Escocia; su carácter fuerte se hizo evidente desde su juventud, al pasar catorce años trabajando en una fábrica con jornadas de doce horas diarias para ayudar a su madre con el sostenimiento de sus seis hermanos.  El carácter fuerte no asegura grandeza; usar esa fortaleza para servir a su Rey fue lo que distinguió a Mary. Las experiencias tristes en su hogar no detuvieron su vida. Más bien, la prepararon para lo que vendría más ade

Katharina Von Bora Lutero | Un matrimonio ejemplar

A Katharina von Bora Lutero, esposa del líder protestante del movimiento de la Reforma, Martín Lutero, se le considera una participante crucial en dicho movimiento debido a su labor –junto con su esposo- al definir una vida familiar protestante, proveyendo un valioso ejemplo de matrimonio dentro del clero. Una refugiada desesperada Aunque su herencia real no puede ser probada históricamente, se cree que es de ascendencia noble de los aristócratas Saxon, nacida alrededor de 1499. La educación formal de Katharina comenzó cuando su padre la envió a al claustro Benedictino, siendo muy pequeña, en 1504. Ella se mudó al convento Cisterciense cuatro años después y se hizo monja a los dieciséis. Insatisfecha con su vida, sentía curiosidad por el nuevo movimiento de Reforma Protestante, y poco después, junto con otras once monjas conspiró para huir en secreto –una acción peligrosa, castigada con la muerte.  Katharina contactó a Martín Lutero, rogando por su ayuda. La noche antes de

Amanda Berry Smith - Convirtiendo los obstáculos en oportunidades para evangelizar

Un día, una mujer le preguntó a Amanda Berry Smith, “Sé que no podrías ser blanca, pero si PUDIERAS serlo, ¿acaso no preferirías ser blanca en lugar de negra?” Amanda contestó,  “No, no.  Tan cierto como que mi Dios vive, preferiría ser negra y completamente salva que blanca y no ser salva … Sí, gracias a Dios, estoy satisfecha con el color de mi piel”. Para ella, la experiencia de vivir como mujer afro-americana a finales del siglo pasado estaba ligada directamente con quien era ella como cristiana. En su autobiografía, ella escribió, Creo que algunas personas comprenderían la personificación de la gracia santificadora si tan solo pudieran ser negras por veinticuatro horas. ¡Qué concepto tan interesante! ¿verdad? el considerar lo que sucedería si pudiéramos “intercambiar” algo respecto a nosotras mismas.  El comentario de Amanda me impacta profundamente.  ¿Estoy completamente satisfecha tal cómo Dios me creó?  ¿Soy capaz de ver los aparentes obstáculos como una oportunidad

Ann Hasseltine Judson – Una vida en la antesala de la muerte para Cristo

Por: Laura Elliot Mis dos hijos mayores y yo nos sentamos alrededor de la mesa en la cocina mientras la nieve caía en el bosque al norte de Michigan. El fuego crepitaba en la estufa de leña, un alivio muy merecido, considerando las 209 pulgadas de nieve que habían caído en febrero de ese año. Mientras mis dos hijos menores tomaban la siesta, los mayores y yo nos trasladamos lejos de nuestra casita en el bosque, hacia una tierra en cruel contraste con nuestro nevado entorno. Hacía calor. Era hostil. Como parte de nuestro currículo de escuela en el hogar, nos encontramos en Birmania visitando a Adoniram Judson, a través de las páginas del libro Adoniram Judson:   Un hombre de Dios en Birmania. Eso fue hace ocho años, y este invierno una vez me he trasladado desde mi casa en la helada Minnesota hasta las costas extranjeras de la distante Birmania. Como ya habíamos visitado a Adoniram, en esta ocasión mi meta era familiarizarme con Ann a través de las páginas de la biografía es

Corrie Ten Boom: Una fe extraordinaria enfrentando el peligro

Mientras vivía en una Holanda ocupada por los alemanes en 1944, Corrie Ten Boom dirigía una red clandestina que protegía cientos de judíos por todo el país. Esta labor le hizo acreedora de un boleto para Ravensbruck, un despreciable campo de concentración nazi, donde un sufrimiento indescriptible se convirtió en el marco para un nuevo ministerio de reuniones de oración en barracas infestadas de pulgas, y también se ministraba la Palabra de Dios a todo aquel que lo necesitara. Los grandes santos de generaciones pasadas pueden parecer extraordinarios; con dones que parecen inalcanzables; realizaban proezas de impacto espiritual nunca oídas. Sin embargo, Corrie, la más pequeña de los cuatro hijos Ten Boom, no era particularmente sobresaliente. Ella no contaba con ningún talento extraordinario, ni con una inteligencia excepcional, ni con planes para cambiar el mundo. Aun así, esta mujer ordinaria se levanta en medio de una gran nube de testigos para mostrarnos lo que Dios puede hacer

Sarah Edwards: Dejando un legado de piedad

Para Sarah Edwards (1710–1758), la comunión con Dios no era simplemente un deber, sino un deleite. Cuando apenas tenía 13 años, su piedad atrajo la mirada de Jonathan Edwards, americano, quien más adelante se convertiría en un pastor del Gran Avivamiento, muy conocido.  Él escribió: Me dicen que hay una joven en [New Haven] que es amada por el Gran Ser, Quien hizo y reina el mundo entero, y que hay ciertas épocas en que el Gran Ser, de una u otra manera invisible, viene y llena su mente con abundante y dulce deleite, tanto así que a ella no le preocupa nada, excepto el meditar en Él… aunque le dieras el mundo entero, no podrías persuadirla de hacer algo equivocado o pecaminoso, por su temor a ofender al Gran Ser. Ella es de una tranquilidad y dulzura maravillosa, y con una mente llena de bondad, especialmente después que el Gran Dios se ha manifestado a su mente . Sarah se casó con Jonathan cuatro años después, y se establecieron en Northampton, Massachusetts, donde Jonathan